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Productos por DO RIBERA DEL DUERO
Tomás Postigo llegó a la Ribera del Duero en el año 1984, y hoy es considerado como uno de los enólogos más veteranos y que mejor conoce la zona.
Marqués de Velilla Roble es un vino que aun conservando la frescura y la expresión de su juventud presenta sutiles notas de su paso por barrica. Posee además una estructura larga e interesante. Es el fruto de un cuidado trabajo tanto en el campo como en bodega, basado en el respeto a la personalidad del terruño que es nuestro máximo objetivo.
Picaro de Aguila procede de viñas viejas de La Aguilera, situadas a una altitud de unos 860 metros sobre el nivel del mar. Los suelos son de arcillas rojas con guijarros y se localizan en laderas orientadas al norte, mirando al valle del río Gromejón. Aunque está dominado por la Tempranillo, este vino cuenta también con otras variedades tintas y blancas más como la Garnacha, la Bobal y la Tempranillo gris. Todas ellas son vinificadas de manera conjunta para lograr una expresión más fiel de sus terrruños de origen. El resultado es un tinto sabroso, especiado y con buena acidez.
Un ribera de corte clásico, complejo, con cuerpo y estructura y la justa frescura. Algunas de las viñas más viejas de La Aguilera, con certificación ecológica y varias de ellas prefiloxéricas, son el origen de este vino que, además de la Tempranillo, incluye en su elaboración un pequeño aporte de otras variedades tintas y blancas minoritarias que crecen en el mismo viñedo.
Un crianza clásico de la Ribera del Duero, fresco, untuoso y elegante, elaborado con una cuidadosa selección de Tinta de país. Es un vino armonioso y equilibrado.
Un vino elaborado con sumo mimo y cuidado en plena Ribera del Duero, lugar de emblemáticos viñedos. Aquí la Tinto fino se expresa con elegancia, muy primaria, otorgando a los vinos un tanino fino y delicado.
Dice que, si hay un vino que expresa y encierra la esencia del Bosque de Matasnos, ese es él.
El Pago de los Capellanes Crianza es un vino que prácticamente no requiere presentación. Se trata de uno de los principales baluartes de la bodega de Pedrosa de Duero, un tinto que pese a compartir protagonismo con los otros cuatro tintos de la casa, ha conseguido posicionarse por sí sólo gracias a su enorme personalidad.
La última joya de Peter Siseck se desmarca de la rotunda extracción de los otros vinos del Dominio de Pingus para ofrecer un carácter más fresco y frutal, con cepas más jóvenes y una crianza en grandes tinos de roble. No cabe duda de que PSI gana enteros en cada nueva añada.