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Posiblemente Haragán, es el vino que mejor representa las cualidades únicas de nuestro viñedo.
Picaro de Aguila procede de viñas viejas de La Aguilera, situadas a una altitud de unos 860 metros sobre el nivel del mar. Los suelos son de arcillas rojas con guijarros y se localizan en laderas orientadas al norte, mirando al valle del río Gromejón. Aunque está dominado por la Tempranillo, este vino cuenta también con otras variedades tintas y blancas más como la Garnacha, la Bobal y la Tempranillo gris. Todas ellas son vinificadas de manera conjunta para lograr una expresión más fiel de sus terrruños de origen. El resultado es un tinto sabroso, especiado y con buena acidez.
Un vino nuevo que busca el perfecto equilibrio entre fruta y madera, que aportan nuevos matices.
Crianza en barrica de Roble Español.
Xtrème es la expresión de su obsesión por la materia prima llevada al extremo.
Fresco y goloso en boca, este es un vino divertido y directo que nos muestra todo el potencial de un vino joven.
Un ribera de corte clásico, complejo, con cuerpo y estructura y la justa frescura. Algunas de las viñas más viejas de La Aguilera, con certificación ecológica y varias de ellas prefiloxéricas, son el origen de este vino que, además de la Tempranillo, incluye en su elaboración un pequeño aporte de otras variedades tintas y blancas minoritarias que crecen en el mismo viñedo.
Un crianza clásico de la Ribera del Duero, fresco, untuoso y elegante, elaborado con una cuidadosa selección de Tinta de país. Es un vino armonioso y equilibrado.
Un vino elaborado con sumo mimo y cuidado en plena Ribera del Duero, lugar de emblemáticos viñedos. Aquí la Tinto fino se expresa con elegancia, muy primaria, otorgando a los vinos un tanino fino y delicado.
Dice que, si hay un vino que expresa y encierra la esencia del Bosque de Matasnos, ese es él.