.
Victorino es un vino icónico, de los que rompen moldes y dibujan nuevos horizontes para el vino español.
100% Tinto Fino (Tempranillo) en su mayoría de viñas muy viejas – de edades comprendidas entre los 40 y 80 años – procedentes de viñedos en nueve municipios diferentes de la ribera burgalesa y la ribera vallisoletana.
Suave, redondo y muy fácil de beber. El best seller de Hacienda López de Haro que nunca falla.
Emblemático tinto de la Rioja Alavesa del que destacamos su buena estructura. Ha tenido una crianza en dos fases: primero durante 12 meses en barrica de roble francés y posteriormente durante 6 meses en roble americano.
Vino muy aromático en el que se conjuga fruta fresca e intensa con tonos balsámicos y especiados, y de fondo, un ligero tono tostado de la madera.
Vino tinto roble, con cuatro meses de crianza en barricas nuevas de roble francés y americano. Un vino moderno, elaborado a partir de uva Tinta de Toro, este vino procede del “Vino de Lágrima”, que se obtiene después de una cuidada maceración, sin ejercer presión mecánica sobre las uvas.
La Planta es el tinto joven de Arzuaga Navarro, procedente de la finca que da nombre a este monovarietal de Tempranillo. Estamos ante un vino armonioso, estructurado y equilibrado que deslumbra también por su versatilidad y frescura.
El Reserva de Arzuaga, que proviene de las cepas más antiguas de la bodega, es un vino sabroso, untuoso y elegante con un fino equilibrio y un aroma lleno de matices frutales, cualidades que lo convierten en el perfecto acompañante de platos contundentes.
Elaborado en su totalidad con Tempranillo, este tinto es uno de los vinos mimados de la casa. Un ribera del Duero que deslumbra con sus intensas notas a fruta roja, negra y un toque balsámico. Ideal para acompañar guisos y carnes rojas.
Preludio es el segundo vino de la bodega Sei Solo, proyecto personal de Javier y Michael Zaccagnini. Toma este nombre de la pasión por la música de su autor, que le llevó a escoger este nombre que homenajea a una pieza de J.S. Bach. En este vino se ha buscado la finura y elegancia por encima de la estructura tánica, mostrando en copa la densidad y profundidad que caracteriza a los tintos de Ribera del Duero.