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Elaborado con uvas de grano pequeño y redondo, este vino blanco, suave y aromático, se convierte en la máxima expresión de las variedades Chardonnay y Moscatel de Alejandría. La cruz en su etiqueta nos recuerda, una vez más, el trabajo de los antiguos viticultores que marcaban así las barricas para distinguirlas. Elegante y carnoso, este vino es la opción ideal para disfrutar a diario.
Perfumado en el paladar, de buena estructura y equilibrio, acidez y con un final muy largo que le da una gran personalidad, notándose la mineralidad.
Limpio, brillante. Amarillo pajizo con toques verdosos. Intensidad alta de fruta de pulpa blanca tipo pera, manzana, peladillo y melón. Notas de flor blanca (espino blanco). Ligera punta de burbuja, paso goloso e intenso de conducción dulce; equilibrado con su punto de acidez. Retronasal frutosa y cítrica.
Ataque en boca cálido, de carácter muy mediterráneo, que da lugar a un paso firme, de presente tanino y media estructura. Buen equilibrio, sabroso y aún por pulir y desarrollar su plena expresión.
Aromas a fruta blanca y flores con toques tostados que le aporta su paso por barrica. En boca es untuoso, agradable y final aterciopelado.
Reposo de 6 meses en Bota de Roble.
Edición Limitada 425 botellas.
Plácet es el único vino blanco de Álvaro Palacios y su nombre es de lo más acertado: placet, 'agrada, complace'.
Refinamiento de frutas y flores blancas.
Más que un vino. Una filosofía.
Es el vino emblema de la bodega. Un monovarietal, 100% verdejo procedente de viñedos propios. Cada una de las parcelas es cosechada a mano, para fermentar y criarse por separado sobre sus lías en barricas de roble francés.
La autóctona Godello, elaborada bajo una meticulosa viticultura tradicional y mimada por el propio Rafael Palacios, pone en relieve que reúne todas las condiciones necesarias para considerarla una variedad grande. Resulta impresionante constatar la facilidad que tiene para cautivar a quien la prueba. Su extraordinario carácter atlántico y mineral solo pueden ser comparados con los grandes blancos de Borgoña.
Suave en boca, potente, carnoso y con buena acidez. Con potencial para dejarse como vino de guarda.
Herederos de una tradición vitivinícola de cinco siglos, en Ossian trabajamos por recuperar un patrimonio excepcional reflejado en un viñedo único y unas elaboraciones singulares que expresan el potencial del verdejo segoviano.